mercoledì 2 dicembre 2015

Los problemas teológicos del Sodalicio: ¿Plan de Dios?

















Escribo no con un afán polémico ni destructivo. Después del destape de los eventos de abusos sexuales, psicológicos y físicos por parte de Figari y algunos de sus miembros no son pocos los que me preguntan: ¿Acaso puede salvarse una institución que sus fundamentos fueron construidos para manipular las conciencias y que tenía serios problemas en sus concepciones y métodos?
No creo que se pueda hablar de “elementos positivos” y “elementos negativos” de la familia sodálite, porque estaríamos equiparando las barbaridades que se cometieron con las bondades que algunas personas recibieron. Como me dijo alguien: es como decir que un papá violaba a sus hijos, pero ojo también era bueno porque traía pan a la casa!

El fundador desde los inicios tuvo un comportamiento macabro, cruel, manipulando a los jóvenes y abusando de su poder y dominio. Y utilizó para ello la religión. Eso no es sólo un elemento “negativo” sino que está en la constitución misma del SCV. No hay posibilidad de seguir adelante sino se va a los cimientos de la institución.

Pero como diría S. Agustín, incluso cuando un  mal pastor habla sobre Cristo, nosotros no seguíamos al mal pastor, seguíamos las palabras bondadosas de Cristo. 
El gran problema era que entre las muchas palabras de Figari habían unas que eran “propias” y las hacía pasar como divinas y otras que eran realmente de Cristo.

Por eso pienso, que toca una etapa para esta institución de profunda revisión y discernimiento de aquello que viene de “Figari mismo” y aquello del Evangelio. El Evangelio es rico, vivo y  puede resucitar a una institución que hoy se está desangrando.

Por ello, como dice el Eclesiastés “hay tiempo para derruir y tiempo para construir”. Y si el Sodalicio y todas las personas involucradas quieren construir sobre fundamentos sólidos, sobre el mismo Evangelio y el mismo Cristo, sería bueno primero “derruir” todo aquello que viene directamente de un pensamiento contuerto como el de Figari, obviamente dando por hecho que la expulsión de Figari como diría el Cardenal Cipriani es fundamental, pues dejarlo sería un acto de complicidad ante tan tremendos crímenes.

Por ello, con un afán de una crítica constructiva comenzaré por uno de los temas más queridos por Figari: “el Plan de Dios”.
Una cosa que siempre me llamó la atención es que Figari nos prohibía a todos usar la expresión “voluntad de Dios” que estaba esparcida por todos los dichos de Cristo y que se encuentra en todos los Evangelios.  Él cambió esta expresión por Plan de Dios.
Y siempre me pregunté ¿Porqué le tiene tanta aberración a la voluntad de Dios?
Ante la luz de los hechos lo comprendo. En general un movimiento totalitario depende totalmente de las ideas del líder y de las doctrinas del grupo dirigidas por el líder. Es decir el pensamiento de Figari era más importante que incluso la Biblia misma.
 Él prohibía ciertas expresiones bíblicas y consideraba que la expresión  “plan de Dios” era más válida que la misma palabra de Cristo.

Una vez cuando se lo pregunté de manera muy crítica, me dijo que voluntad de Dios no es un buen concepto, pues se puede pensar en una voluntad caprichosa e incomprensible de Dios, mientras Plan de Dios apela más a la inteligencia y a un orden por Dios establecido, es más "comprensible". Con su respuesta entiendo que él mismo manifestaba así su deseo de control, incluso del mismo Dios. Él no quería un Dios que no se comprenda, sino un Dios que él podía dominar y dominar a otros con su razón. 

Por ello creo que sería bueno entender el concepto como lo hace San Pablo como un  "plan misterioso de Dios" incapaz de ser conocido en su totalidad, y abierto a la dimensión mistérica y obviamente complementarlo con la voluntad de Dios, que pone el acento en la incomprensibilidad de dominarla o controlarla. 

Por otro lado hay que criticar que por supuesto el intérprete de ese Plan de Dios era el mismo Figari  y él extendía este poder a los que éramos superiores. Me sorprende la soberbia que podíamos tener de pensar que podíamos saber cuál era el Plan de Dios para alguien, incluso la mentira de pensar que sabíamos cuál era la vocación de alguien. 

Pero justamente eso respondía a esa contuerta postura de que uno es capaz de saber cuál es el Plan de Dios, como si Dios tuviese un proyecto ya escrito y todos teníamos que descubrirlo y ay de ti si no lo cumplías.

Dios es más disímil de nosotros que parecido. Y esto parece que en el Sodalicio se ha olvidado. Dios es Dios para los que creen en Él, no alguien que se puede descrifrar como un ejercicio mental.

Incluso una oración diaria que se dice en las comunidades reza: “cumplir el Plan de Dios en cada situación concreta de mi vida”. ¿Acaso es posible saber cuál es el Plan de Dios en cada situación concreta de tu vida? ¿Acaso el ser humano es capaz de leer la mente de Dios y aplicarla en cada momento? Recuerdo que este tema generaba en muchas personas una especie de ansiedad y escrúpulos de no saber de estar cumpliendo o no el Plan de Dios.

Sin embargo, es mucho más sano justamente la “misteriosa voluntad de Dios”. Porque como dice la Escritura los planes de los hombres están lejos de los planes de Dios, y nunca podemos saber a cabalidad cuál es la voluntad de Dios, justamente porque es Dios.
Cosa curiosa la palabra "plan de Dios" no lo encuentras ni una sola vez en la boca de Jesús. ¿No sería mejor regresar al Evangelio? 

La voluntad de Dios la intuyes, la sigues con tu conciencia, entre sombras y oscuridad. El Evangelio nos da grandes pistas, la vida de Jesús grandes luces pero aplicarlo a la realidad concreta con toda su complejidad, un camino que es siempre riesgoso. Pues la fe es más un camino de oscuridad que de luz, como la vida misma, llena de incertidumbres y angustias. La secta busca la seguridad y tranquilidad de la vida. La verdadera religión no quita la incertidumbre de la fe.

La voluntad de Dios para el hombre es más incierta, más arriesgada. Incluye la libertad humana, los cambios, un Dios que no tiene un “plan” ya constituido sino que lo puede ir cambiando porque para El no hay pasado, presente y futuro, sino un hoy continuo que con la libertad humana va siempre remodelándolo y adaptándolo. 
  
En ese misterioso camino de la fe, para Dios no hay un “plan futuro” sino un hoy siempre nuevo que va tejiéndose entre su amor y entre la libertad siempre creativa del ser humano.








2 commenti:

  1. "En ese misterioso camino de la fe, para Dios no hay un “plan futuro” sino un hoy siempre nuevo que va tejiéndose entre su amor y entre la libertad siempre creativa del ser humano."

    Sin embargo leemos escuchamos de Jeremías;
    «Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones».

    Sería un gran riesgo hacer teología sólo para contradecir. Pregunto: ¿Debemos creer que se puede manipular la voluntad de Dios según nuestra propia conveniencia?

    La prudencia llevó a pastores sabios a esperar los frutos, según la enseñanza de Jesús: "Por sus frutos los conoceréis". ¿No será que sigue siendo válida esa manera de discernir los elementos positivos de una espirititualidad?

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  2. "Desde el instante en que os decidís sinceramente a cumplir la voluntad de Dios, os acercáis a Él. ¿Y qué os dice, entonces? «Yo estoy presente en todas las criaturas, y cada vez que les dais la vida, el calor y la luz, me servís. Tomad ejemplo del sol.»
    Para ser capaces de servir a Dios, debemos prepararnos durante mucho tiempo, porque no es fácil dar, como el sol, la vida, el calor y la luz a los humanos, pero fácil o no, es en ello que debemos ejercitarnos. Si no, ¿cómo creéis que vamos a servirle? ¿Queriendo convertir a la fuerza y perseguir a todos los que consideremos incrédulos, infieles o heréticos? Sólo hace la voluntad de Dios el que trata de servirle en todos los seres humanos. Se ve obligado así a ensanchar el círculo de sus preocupaciones y de sus actividades, y se instruye, se enriquece. "

    Omraam Mikhaël Aïvanhov

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